MI VIDA A.C.

No hay gran mérito en seguir vivo. Si a los 25 era un milagro, después de los treinta es más bien un despropósito. Dias que se alargan, cosas que ya no se hicieron, ver como todo el mundo empieza a ser menor que uno. A los veinte cualquiera puede ser un genio. A los 32, ya cuesta. A mi edad, por ejemplo, ya Jesús había realizado sus buenos milagros. Yo aún tengo un año antes de que me crucifiquen. Dos años después se acaba el mundo. (No tenía planes para el 2012, de todos modos). Bueno, me da pereza plantar un árbol, aún estoy en monólogos internos sobre tener un hijo, y me gustaría escribir un libro. Tres cosas que Cristo hubiese hecho si hubiese muerto de viejo. Le daría un giro a la historia de la cristiandad, pero por lo menos habría sido feliz.

Cualquiera que lea esto podrá pensar que lo que escribo sobre mi está inspirado en mi. Comprendo la evidente equivocación. La verdad, cualquier parecido conmigo es mera coincidencia, ya que me considero a mi mismo un personaje de ficción. Me he dibujado tantas veces, y lo que no lo he dibujado lo estoy escribiendo, que poco queda del ser humano real detrás. Con las actuales redes sociales es tan fácil inventarse un alter ego, mostrarse con cualidades inexistentes y cualidades disfrazadas de defectos, que ya no se llega a saber si realmente alguien existe. De por si, era dificl saber si uno existía antes del internét, bastaba el rechazo de las mujeres, el poco cuidado de los padres y maestros, pareciera a veces que la existencia de uno (por lo menos la mia) sólo encontraba justificación en los agresivos ladridos de un perro vecino que odiaba mi presencia, pero que me permitía saber que yo estaba vivo. Actualmente, parece que tengo cierto significado para la compañía que me cobra el teléfono. Bueno, tengo un año para hacer algo que valga la pena. No digo hacer reir a alguien o esas cosas diarias con las que los optimistas buscan llenar los vacíos en sus vidas, sino hacer algo relevante e importante A.C.