EVACUANDO PENSAMIENTOS INÚTILES

Los que me conocen saben que he hecho de la sana ingesta de alcohol mi estilo de vida. Aclaro esto para borrar desde un principio las equívocas interpretaciones de mi historia.

Emergido de la penumbra de la sobriedad, ansioso en la noche del recuerdo, el fantasma de la ebriedad abrió sus acogedoras alas para abrazar mi casi inexistente y sobrevalorado cuerpo. Fue una noche de agosto. Estaba borracho.

No había pasado la primera sensación de lucidez, y ya crecía en mi el sentimiento de cansancio. Hallábame yo en ese sonambulesco estado que se sitúa entre los confines de la perra y los inicios del guayabo, cuando la sombra de la muerte se abalanzó sobre mi en forma de bus ejecutivo. Bajo metros de tierra reposarían hoy mis restos si no hubiera sido por una inesperada ayuda. La vi a los ojos. Amaneció en la tierra. A partir de ese momento empecé a hacerme dueño de mi mismo, rescatando mi alma de la interminable confusión de la mente embotada, soñando como perdía mi propia existencia en los huidizos umbrales del vómito. Ella me salvó y yo me alejé. La gratitud nunca ha sido una virtud que yo cultive. Sin embargo Ángel, (como dijo llamarse mi salvadora) sintió la necesidad de seguirme. Caminaba yo, pero aún mi paso era pesado y equívoco, con la pesadez de la noche vivida. Inevitablemente, era de día. Pronto, la mujer me abordó, y un sentimiento, mezcla de confusión y de desespero, se extendió prontamente por todo mi cuerpo, contagiando mis pensamientos de un deseo insatisfecho. Nos observamos con insistencia.

- De nada. - dijo, tras un largo silencio.
- Está bien.
- ¿Cómo te llamas?
- No te importa - respondí furioso.
Sin embargo, pese a mi estado de ánimo agresivo, noté que ella me miraba compasivamente. Tal vez mi rostro reflejó el deseo innato de desaparecer, víctima del miedo al fracaso.
-Soy un ángel - dijo.
-No creo en los ángeles.
-¿No crees en Dios?
-No- dije.
- Bésame.
Un ofuscamiento comenzó a apoderarse de mi. Muchos lamentos pasaron por mi cabeza cuando pensaba en la única mujer que me había dicho esas palabras, un año atrás.