EL CICLO NAVIDEÑO

Viéndolo desde la perspectiva navideña, la existencia puede resumirse en que primero uno cree en papá Noél. Luego pasa un extraño periodo en la existencia en la que uno deja de creer, aquella etapa de la adolescencia que uno tanto detesta y en la que lo mejor que le puede pasar es que dejen de preguntarle "¿A que papá quiere más?", frase determinante del final de la niñez, que va unido a dejar de creer en el panzón de los regalos.

Luego no pasa mucho, madurar y todo eso, hasta que, me imagino, uno envejece y termina disfrazado de Papá Noel para hacer creer en él a unos nuevos niños que repetirán en ciclo.

Felices Kwanzaas, por cierto.