ESTABA QUE ME MARCHABA


¿Y que porque vengo a hablar de la marcha contras las farc a estas alturas del partido? La explicación es realmente sencilla y tendría la aprobación de todos los lectores si llego a darla, pero no es este el momento. Conformémonos pues con una escueta descripción de la historia, que empezó una buena tarde en un centro comercial. He de decir que no pensaba yo ir a la marcha, no tanto por no apoyarla, sino porque pienso que mi pequeña presencia en la marcha no ha marcado mayor diferencia en el destino del país.


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Aunque me gusta pensarlo, no creo que los dirigentes de las farc hayan exclamado: "¿Como así? ¿::::WEBARGAS:::: marchó?, no, no, no, liberemos a los secuestrados y entreguemos las armas, esto es ya el acabóse". Es más, hubiera hecho más convocando a través de los blós y quedándome cómodamente en la casa. Pero no tenía gran cosa que hacer, y cuando una mujer como Betty Blue le dice a uno "¿Que haces el lunes?" mientras lo mira con esos peligrosos ojos el ingenio para inventar excusas es reemplazado por esa improductiva combinación entre el deseo de hacer favores y la imposibilidad de negarse a un pedido femenino. Varones han iniciado guerras, invadido indefensos pueblos, escrito odas y odas o, en mi caso, caminado bajo un sol infernal por una mujer. Así que arrancamos un poco antes del punto de la calle 76 en donde, no bien llegar, me di cuenta que mi marcha por la paz empezaba a tener sentido. La increible cantidad de pitos que sonaban desde todos los puntos, unido a los eufóricos gritos de los compatriotas, mandaron por el piso mi esperanza de que en este país se marchara en silencio, e hicieron que para mis adentros pidiera paz. esa noche no vi reportes negativos de la marcha, pero se que la más damnificada con esta idea fue la piel de mi rostro la cual, en un ataque de soberbia y estupidez, rehusé a proteger con bloqueador, con la colombiana de "yo no me quemo, si estuve en Cartagena y todo." Olvidaba yo que el sol de Bogotá es el que más quema. Nada más memorable hasta el Parque Nacional, salvo de pronto un perro con camiseta que despertó la algarabía de quienes lo veían. Intenté unirme a los que se le acercaban suponiendo que le iban a quitar tan incómoda prenda, pero noté con estupefacción que la correría tenía por finalidad fotografiarse con el utilizado can. Paramos a recargar energías en un restaurante cercano al parque, luego de unas buenas cuarenta cuadras bajo el inclemente acoso de "el mono", y concluimos nuestra gloriosa gesta en la calle 17, cuando el grueso del vocabulario empleado en las arengas unido a la proximidad de sujetos sospechosos y poco relacionados con los patrióticos objetivos de los que ibamos de blanco nos hizo desistir de seguir y, haciendo cuentas, técnicamente caminamos una buena distancia de apoyo, si no gritando y convencido, por lo menos no con la frivolidad de un grupo de niñas que vi tomándose fotos, auguro que para el facebook, con la expresión de "marchamos, marikis, estamos en el centro". Y ya. Mi rostro estuvo una semana descarapelándose hasta volver a su habitual e interesante aspecto, tuve los oidos tapados producto de los desgraciados pitos que tanto sonaron ese día,y menos mal el resto del día estuvo bien, es decir, luego de dejar la marcha. Espero haya servido de algo. Por lo menos, a mi me enseñó que no importa cuanto haya paseado, uno se quema es en Bogotá.


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Gerente:
si señor, uno se quema es en bogotá, pero uno es un Varón, el protector es para las viejas y las viejas para uno?

Galo:
Muchas gracias a doña Betty Blue por convencerte. Seguramente tampoco habrán dicho, \"Galo marchó, nos jodimos\" pero era algo que había que hacer. Lo del sol en Bogotá es cierto, menos mal yo ya había aprendido en Rionegro que el sol de clima frío es el que más quema, además de los cachetes rojos de gran parte de los habitantes de la capital que le indican a uno el peligro. Buena idea la de hablar tarde, ya a uno se le pasa el hastío y puede volver a hablar del tema. Saludos.

Jorge:
El pito antiterrorista también resultó pito antiwebargas?

Jota:
Pues sí, las mujeres hacen lo que quieren con uno.. desde hacerlo quemarse hasta la detestable salida a hacer compras...
saludos


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