¿QUIÉN PIDIÓ POLLO?

ACTUALIZACIÓN:

Quité la canción porque se estaba poniendo pesado el bló, y porque no me gusta eso de imponer la música, pero si a alguno le gustó, se llama "Desde que te perdí", de Kevin Johansen


Si alguno ha disfrutado alguna vez con el sarcasmo de ::::WEBARGAS::::, las noticias de EL TUMBO, el contenido de BLOGJUAN o la crítica de ManTeCo, bien deben saber que Pollo fue el que me metió en este mundo de los blós, así que todos los que me leen alguito deben agradecerle.

Y a todas estas, ¿Quién era Pollo? Por más que intento escribir algo del tipo positivo, la inspiración huye de mi cabeza, tal vez porque el mismo Pollo no era una persona positiva. Así que hablaré de él como a él le hubiese gustado: mal. Empecemos por el principio. Los primeros recuerdos que tengo de Pollo se desvanecen en una nube de humo de cigarrillo y tiza de billar. ¿porque ese sobrenombre? Si la memoria no me engaña, e invito a los conocedores a que me desmientan, parte de la increíble coincidencia de que: 1-Era el más pollo de nosotros. 2-En una ocasión, cuando aún no era frecuente que se afeitara la cabeza dejando entrever en su nuca una abultada protuberancia que ya no importa si era cancerígena (aunque siempre lo pensé). en que iba? Si, eso, antes de que se calveara, tenía una tímida superficie de cabello producto de recién haber prestado el servicio militar, y en una ocasión la lluvia produjo sobre su cráneo un caricaturesco peinado similar a la cresta del gallus gallus en estado infantil. Recuerdo su tolerancia, como cuando conté el chiste del hombre que entra a una droguería tapándose el rostro y pidiendo un condón. El tendero se lo entrega, diciéndole que no hay nada de que avergonzarse. Sin dejarse ver, el hombre recibe el condón, lo destapa, se lo pone en la manera en la que los atracadores se colocan las medias veladas en la cabeza, y grita: "esto en un arresto". Con una humildad de la que yo no sería capaz, y paternalmente, me corrigió: "¿No será: esto es un atraco?". Siempre andaba regalando Halls que sacaba del bolsillo de su camisa manga corta que no cerraba nunca, dejando que su prominente barriga fuera tristemente disimulada por una camiseta donde una carita feliz se desangraba. También recuerdo su morboso sentido del humor. Clemencia* era una compañera más bien poco agraciada, víctima frecuente de nuestros apuntes. En una ocasión, Pollo jugaba su tetris. Ya saben como es, uno arma muy juiciosamente las fichas, dejando un espacio para aquella que le permite hacer un tetris, pero con susto se ve que se empieza a llegar arriba, momento en el que, sin soltar el juego, el Pollo exclama: "me quedé como Clemencia", a lo que no tardamos, extrañados, en exigirle la explicación a ese comentario. Si - responde el aludido - esperando un palito. En otra ocasión un compañero, examinando el rostro de la víctima, dijo que aunque era fea, igual siempre es preferible que besar a un hombre. "pues tocaría ver que tal está el man", fue la sarcástica respuesta de nuestro amigo. Tenía una risa sonora y sincera, y era el primero en alabar con ella cualquier comentario. Bueno, no cualquiera, siempre tenía a la mano un "que perro", que amablemente decía cuando el apunte no era de su completo agrado. Coincidimos en muchas cosas, casi ninguna profunda, como ver "Married with Children". Me presentó a Frasier y a Kevin Johansen. Creo, yo le enseñé a Bukowski y a Iriarte, aunque su afán por cultivarse en cuanto campo del conocimiento existe hace que no se sepa de donde provenían sus fuentes. Compartíamos también el cappuccino de Loncherías Venecia luego del cine arte, Beethoven y Gardel por igual. Institucionalizó los términos "ponnito", que le quitaba su carga inmoral a la transferencia de material pornográfico en épocas en la que una fotografía tardaba no menos de cinco minutos en descargarse totalmente, y "drink and walking" que, como su nombre lo indica, se trataba de ir al LEY en la mayoría de los casos, comprar un par de cervezas en lata cada uno y camine por la séptima hasta donde nos llevara el efecto del alcohol. Es triste ver a donde lo llevó a él. Creo, eso es lo que se ha hablado, que tomó la decisión de irse después de estar chumando copiosamente. Lo último que me dijo, horas antes de irse, fue enigmático, aunque no tanto por la condición metafísica de su mensaje sino por su torpeza al escribir en messenger. Fue, y cito: "obvio me entejey lleguea pie". Así fue: Indescifrable.
Espero ignoren el matiz romántico de la canción con la que voy a cerrar esta difícil entrada, y sólo la vean como un amigo se la dedica a otro. Pollo, allá nos veremos, donde quiera que esté, de seguro está con una cerveza en la mano y una sonrisa en el rostro:

Desde que te perdí hago lo que me da la gana
Desde que te perdí ya no tengo ganas de nada...

Desde que te perdí tomamos unas cañas por ahí,
me dices que no es lo mismo ya sin mí,
que ahora también eres mucho más feliz...

Desde que te perdí, desde que me perdiste
desde que me perdí, desde que te perdiste..

Kevin Johansen